LIDERAZGO

Inteligencia social e Inteligencia emocional

En entradas anteriores, hemos hablado del valor de la inteligencia emocional, comúnmente llamada IS o IE. Daniel Goleman desarrolló una teoría de la inteligencia emocional a mediados de los años 90, y su aplicabilidad tanto en la educación como en los negocios. Las personas con una alta Inteligencia Emocional son:

  • Son conscientes de sí mismas, controlan y regulan sus propias motivaciones;
  • Son expertas en leer y responder a las necesidades emocionales de los demás
  • Son capaces de aprender de los errores.

Aunque todo esto es importante, no es lo único que necesita un líder para tener éxito y lograr el máximo nivel de comunicación y compromiso entre los miembros de su equipo. La inteligencia social también desempeña un papel, a veces incluso más importante que la Inteligencia Emocional.

«Puedes ser el más brillante innovador, solucionador de problemas o pensador estratégico, pero si no puedes inspirar y motivar, construir relaciones o comunicarte poderosamente, esos talentos no te llevarán a ninguna parte», dice Goleman. señalando lo crucial que es la inteligencia social para los líderes. Los líderes tienen que coordinar a las personas con los recursos, comprender las necesidades, las motivaciones, los límites, las reacciones y las limitaciones. Nada de esto podría lograrse sin una aguda conciencia social.

¿Cuáles son los fundamentos de la I.S?

Ser capaz de hablar con la gente es un rasgo clave, y no sólo con la gente que te será útil o que se quedará quieta mientras hablas de ti. Otra habilidad que forma parte de la inteligencia social es la de saber escuchar activamente, de manera que se puedan entender los sentimientos y patrones de pensamiento de otra persona. Con estas habilidades fundamentales, desarrolladas continuamente, se puede navegar con éxito a través de negociaciones difíciles e importantes colaboraciones en equipo. Todas estas habilidades se aprenden y se desarrollan a lo largo de la vida, pero no todo el mundo aprovecha al máximo las oportunidades que se presentan de forma natural para hacer crecer su inteligencia social.

Sin inteligencia social, incluso el líder más inteligente y competente no avanzará

Sin la fuerza de los vínculos sociales en un equipo, los empleados pueden frustrarse a menudo por la falta de comunicación o por el mal método de entrega de la información. La frustración puede hacer que se reflejen en un líder con baja inteligencia social, lo que hace que baje la eficiencia de todo el equipo. Un líder con baja inteligencia social será crítico con los demás de forma no constructiva. O, lo que es peor, mostrará una falta de interés en los proyectos de los demás, lo que desestabilizará la moral. Un líder que hace estas cosas no permanecerá en la cima por mucho tiempo.

La inteligencia social es algo que todo el mundo mejora a lo largo de su vida.

Los buenos líderes desarrollan la inteligencia social a medida que avanzan en sus carreras. Las formas de conseguirlo incluyen el simple hecho de prestar más atención a cómo funcionan las interacciones sociales. Obtener un coach ejecutivo para desarrollar técnicas de comportamiento que refuercen la inteligencia social, y evaluaciones formales permite a los individuos identificar fortalezas temáticas de carácter. Dichas técnicas se irán desarrollando a medida que el individuo las utiliza en sus interacciones diarias.

Artículo publicado por Vistage España. Este artículo se publicó originalmente en Vistage USA, puedes leer la versión original en inglés aquí.